Sánchez pide a los independentistas que le hagan presidente a cambio de una reforma de la Constitución

Fracasada la investidura de Mariano Rajoy, el líder socialista, Pedro Sánchez, quiere asumir la iniciativa para desbloquear el Gobierno, aunque ello implique contar con los partidos independentistas, como ERC o la antigua Convergència.

Sánchez avanzó este lunes algunos detalles de la ‘hoja de ruta’ que inició el viernes, cuando realizó una llamada a las “fuerzas del cambio” para desatascar la situación política y no repetir elecciones. Así, el secretario general del PSOE explicó que, en los próximos días,
llamará a los líderes del resto de partidos en una ronda de contactos “exploratoria” para conocer su disposición a conformar una alternativa.

Según fuentes socialistas, Sánchez ya ha mantenido conversaciones con los líderes independentistas a los que habría ofrecido una reforma de la Constitución a cambio de contar con su apoyo en una eventual investidura. 

El líder socialista aseguró este lunes que respetaría la resolución que el Comité Federal del PSOE aprobó el pasado 28 de diciembre, y en la que se recoge, textualmente, que «la renuncia” a las «consultas» «es una condición indispensable para que el PSOE inicie un diálogo con el resto de formaciones políticas”.

Indigna a los barones

“Hablar no es negociar”, añadió Sánchez, en un claro mensaje a los que, en la legislatura fallida, desconfiaron ya de sus intenciones de dialogar con estos partidos.

Sánchez ya desoyó las órdenes de su máximo órgano de dirección cuando ofreció a Podemos sumarse al acuerdo con Ciudadanos, pese a que el partido de Iglesias tenía en el referéndum para Cataluña una de sus prioridades en las negociaciones. Según fuentes conocedoras de esos contactos, las conversaciones del líder socialista han indignado al sector crítico del partido, en el que se incluyen algunos de los principales barones autonómicos.

Sánchez matizó que no piensa presentarse a una investidura si no cuenta con las garantías suficientes. Esto es, no quiere otra investidura fracasada, como la que protagonizó en marzo, cuando no logró más respaldos que los de Ciudadanos y Coalición Canaria.

No obstante, desde el equipo del socialista se han lanzado mensajes ambiguos este fin de semana. El portavoz en el Senado, Óscar López, aseguró en el programa ‘El Objetivo’ de La Sexta, que sólo había tres opciones: Rajoy, Sánchez o unas terceras elecciones. La primera, al menos para el PSOE, queda descartada, ya que los socialistas siguen insistiendo en que votarán ‘no’ al PP, incluso si el presidente en funciones no se presenta como candidato.

En el tiempo transcurrido desde que el Rey designó a Rajoy como candidato a la investidura, el mensaje del núcleo duro de Sánchez ha ido siempre en la línea de que el líder del PP debe buscar los apoyos en sus “aliados potenciales”. Esto es, según la dirección socialista, CDC y PNV. Recuerdan que Rajoy ya contó con el respaldo de los convergentes en las votaciones en la Mesa del Congreso, en las que Ana Pastor fue elegida presidenta de la Cámara.

Tras las elecciones del 26J,  desde el PSOE se reclamó a los populares que intentasen un acercamiento a CDC y PNV en base a una reforma constitucional. 

Revisión del artículo VIII y referéndum

La propuesta socialista se basa en la creación de una subcomisión dentro de la Comisión Constitucional del Congreso para una reforma del capítulo VIII de la Carta Magna que recoja el reconocimiento de la singularidad catalana.

Esa iniciativa figuraba en el documento diseñado por el PSOE en febrero y que constituyó la base de las negociaciones del secretario general con el resto de formaciones. El texto contemplaba ya una modificación profunda de la Constitución, con hasta ocho grandes reformas y una veintena de artículos afectados (para incluir nuevos derechos fundamentales como derechos sociales, revisión del sistema electoral o reforma del Senado, entre otros),  con disolución de las Cortes y un referéndum. Los socialistas ofrecieron entonces una “revisión” de mencionado título de la Carta Magna y sus preceptos, para “desarrollar el concepto de Estado Federal”.

El programa electoral del PSOE recoge una reforma federal para responder a problemas territoriales como el catalán, sin ir más allá en cómo encajar las reclamaciones independentistas.

De hecho, la respuesta al desafío en Cataluña ha valido algunas de las mayores crisis internas en el seno socialista.

Iceta y el «derecho a decidir»

El pasado julio, el primer secretario del PSC, Miquel Iceta, provocó un terremoto en el partido al conocerse su propuesta del ‘derecho a decidir’, incluida en la ponencia marco que presentaría en el congreso del 4 a 6 de noviembre.

Iceta nunca ha ocultado su simpatía por la “vía canadiense”- adoptada en Canadá ante el desafío independentista de Quebec-, en caso de que en Cataluña no fuese posible llevar a término la reforma federal de la Constitución defendida por el partido.

En ese caso, el líder del socialismo catalán es partidario de proponer  » al conjunto de los españoles otros instrumentos democráticos (por ejemplo, una ley de Claridad como la canadiense) que estableciera las condiciones para, si procede, verificar el apoyo ciudadano a una eventual secesión”.

La propuesta recibió el rechazo airado de los barones y también de varios dirigentes del socialismo catalán. La dirección socialista optó por zanjar el debate defendiendo su propuesta federal como única vía para enfrentar el problema territorial.